
Bogotá, 19 de junio de 2025 — En un movimiento que redefine el mapa financiero del país, Colombia fue admitida oficialmente como miembro del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), brazo financiero del bloque BRICS. El anuncio, hecho por la canciller Laura Sarabia, marca un giro en la política económica del Gobierno Petro, que busca romper con décadas de dependencia de organismos multilaterales como el FMI y el Banco Mundial.
“Esta adhesión trasciende lo financiero: es una apuesta por la soberanía económica y la transparencia en el uso de los recursos públicos”, afirmó Sarabia en su cuenta oficial de X. La decisión se produce tras la solicitud presentada por el presidente Gustavo Petro durante su visita a Shanghái, donde también se firmó un memorando de entendimiento con la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
Una herramienta para blindar el presupuesto y combatir la corrupción estructural
Desde el Ministerio de Hacienda se confirmó que Colombia suscribirá 5.125 acciones del capital autorizado del NDB, lo que representa un compromiso de 512,5 millones de dólares. De ese monto, 410 millones serán capital exigible y 102,5 millones capital pagado. Según fuentes del Gobierno, estos recursos permitirán financiar proyectos de infraestructura, transición energética y desarrollo rural con condiciones más flexibles y sin las condicionalidades políticas que suelen imponer los organismos tradicionales.
Para el economista y exviceministro de Hacienda, Camilo Romero, “el ingreso al NDB puede convertirse en una herramienta para reducir la opacidad en la contratación pública, al exigir estándares internacionales de trazabilidad y control en los proyectos financiados. Es una oportunidad para golpear la corrupción desde la raíz: el uso discrecional del presupuesto”.
Reacciones divididas: entre el respaldo estratégico y la crítica ideológica
Desde la oposición, sectores del Centro Democrático han expresado preocupación por el acercamiento a países como Rusia o China. “No podemos hipotecar nuestra política exterior a regímenes autoritarios”, señaló la senadora María Fernanda Cabal. Sin embargo, analistas como Mauricio Jaramillo, profesor de relaciones internacionales, consideran que “el ingreso al NDB no implica alineamiento ideológico, sino una diversificación pragmática de fuentes de financiamiento en un mundo multipolar”.
¿Un respiro fiscal para el último tramo del Gobierno Petro?
Con un déficit fiscal que ronda el 5% del PIB y presiones crecientes sobre el gasto social, el acceso a créditos con tasas competitivas podría aliviar las tensiones presupuestarias del Ejecutivo. “Este movimiento le da oxígeno al Gobierno para cerrar su mandato con inversiones visibles y estratégicas, sin recurrir a recortes impopulares”, explicó la analista fiscal Juliana Londoño.
Conclusión
El ingreso de Colombia al NDB no es solo una jugada financiera: es una declaración política. En un contexto de polarización interna y desconfianza ciudadana, el Gobierno Petro apuesta por una arquitectura económica alternativa que, si se gestiona con transparencia, podría convertirse en un legado institucional duradero.