
El anuncio lo hizo el propio presidente Gustavo Petro
Redacción | Unidad de Investigación Criminal
Un nuevo capítulo en la infiltración del narcotráfico en las fuerzas del Estado sacude al país. El presidente Gustavo Petro confirmó este miércoles 9 de julio la captura de un oficial activo del Ejército, señalado de colaborar con las disidencias de las FARC al mando de alias Iván Mordisco, un grupo armado que ha establecido alianzas tácticas con redes del Clan del Golfo en varias regiones del país.
Según la información oficial, la captura del teniente se dio en medio de un operativo de inteligencia de la Policía Nacional, en el que también fueron detenidos tres integrantes de la estructura armada de Mordisco. La gravedad del caso radica en que el oficial no solo suministraba armamento a este grupo insurgente, sino que filtraba información operativa clave que ponía en riesgo misiones contra estructuras criminales vinculadas al narcotráfico transnacional.
“La Policía Nacional captura a tres miembros de las estructuras de Iván Mordisco y a un oficial del Ejército en vínculos con la estructura”, confirmó el mandatario en su cuenta oficial.
El caso revive una de las mayores preocupaciones de los organismos de inteligencia: la infiltración sistemática del crimen organizado en sectores estratégicos de la fuerza pública. Desde hace años, informes de inteligencia han advertido sobre la penetración del Clan del Golfo en la Policía y el Ejército, especialmente en zonas como el Bajo Cauca, Urabá, el Pacífico nariñense y el sur del Meta, donde actúan en alianza con disidencias de las FARC para controlar rutas del narcotráfico y operaciones de minería ilegal.
Este nuevo golpe se suma a la caída de figuras clave del crimen organizado durante el actual gobierno:
Alias “Siopas”, cabecilla del Clan del Golfo, fue abatido en 2023 en una operación militar tras una traición interna en la cúpula criminal.
Alias “Gonzalito”, uno de los históricos jefes del clan, fue capturado ese mismo año tras más de una década en la clandestinidad.
Alias “Matamba”, aunque su muerte ocurrió en 2022, su caso sigue bajo revisión judicial por la presunta complicidad de oficiales de alto rango que facilitaron su fuga meses antes.
Ahora, la mira está sobre alias Iván Mordisco, uno de los hombres más buscados del país, quien rompió públicamente el proceso de paz en 2024 y desde entonces ha lanzado ataques armados con drones, promovido paros armados y ordenado atentados como los ocurridos en Cali en junio de 2026, justo antes de una visita presidencial.
A pesar de su poder militar en el sur del país, Mordisco ha perdido fuerza tras los choques con otras disidencias como la de Calarcá Córdoba, antiguo aliado en tiempos de Gentil Duarte, hoy convertido en rival estratégico.
Sin embargo, su supervivencia podría explicarse por una red de complicidades dentro del aparato estatal. La captura del teniente solo abre una inquietante pregunta: ¿cuántos más hay infiltrados en las Fuerzas Armadas, colaborando desde adentro con los enemigos del Estado?
La Fiscalía y la inteligencia militar investigan si este uniformado entregará información sobre otros contactos o si el pacto de silencio criminal prevalecerá.
Mientras tanto, la cooperación internacional también entra en juego. En el mismo mensaje en que Petro reveló esta captura, anunció la incautación de 3,6 toneladas de cocaína en Acapulco, México, un cargamento que, según fuentes de inteligencia, habría salido de laboratorios en el sur del país operados por alianzas entre las disidencias y redes del Clan del Golfo, cuya expansión transnacional ya alcanza puntos estratégicos en Centroamérica.
El mensaje final del presidente Petro fue directo y amenazante:
“Le exijo a Iván Mordisco abandonar su subordinación a la Junta del Narcotráfico de Dubái, si no será procesado internacionalmente”.
La advertencia parece apuntar a una trama aún más compleja: la conexión entre carteles colombianos y redes criminales en Medio Oriente, usando estructuras disidentes y paramilitares como engranajes de una máquina global del narcotráfico.