
Unidad Investigativa
Bogotá — El próximo viernes 15 de agosto, a las 8:00 de la mañana, un juez colombiano decidirá si Diego Cadena, el polémico abogado y exapoderado del expresidente Álvaro Uribe Vélez, es culpable o inocente de fraude procesal y soborno a testigos. El caso, que ha sido descrito como una de las piezas centrales del proceso contra el exmandatario, entra en su recta final en medio de una revelación inquietante: mientras espera el fallo que podría enviarlo a prisión, Cadena habría intentado organizar un nuevo montaje con falsos testigos.
Cadena, quien se ha autodenominado irónicamente como un “abogángster”, enfrenta la acusación de haber visitado cárceles para convencer a reclusos de firmar declaraciones falsas que beneficiarían a Uribe. Según la Fiscalía, las visitas no fueron actos aislados, sino parte de una estrategia coordinada para desacreditar a los principales opositores del expresidente.
Un plan que apunta a viejos adversarios
En esta ocasión, las supuestas víctimas del nuevo montaje serían el senador Iván Cepeda y el abogado penalista Miguel Ángel del Río, ambos protagonistas en la acusación contra Uribe. Las grabaciones divulgadas por el periodista Daniel Coronell muestran conversaciones entre Cadena y Manuel Castañeda, alias “el narcochofer”, en las que se delinearía un plan para vincular a Cepeda y Del Río con una red de narcotráfico ligada a un grupo guerrillero.
El expediente judicial revela que la conspiración incluyó la radicación de denuncias con firmas falsificadas, la intervención de la magistrada Cristina Lombana —conocida por sus vínculos previos con el uribismo—, y contactos con agentes de la DEA y el FBI. El objetivo, según los investigadores, era lograr que un fiscal estadounidense emitiera un indictment por narcotráfico contra los dos opositores, acompañado de una solicitud de extradición inmediata.
La trama se vino abajo cuando “el narcochofer” decidió alertar a su abogado, Del Río, y colaborar para documentar las pruebas del montaje. La rapidez con que Cepeda y Del Río denunciaron el caso ante la Fiscalía General impidió que el plan se ejecutara.
Cronología del complot frustrado
– 11 de mayo de 2025: Reunión en un hotel de Bogotá entre Cadena, “el narcochofer”, un agente de la DEA y un agente del FBI para planear la operación.
– 27 de mayo de 2025: Cadena propone infiltrar a los escoltas y empleados de la oficina de Del Río.
– 18 de junio de 2025: Cepeda y Del Río presentan denuncia formal con evidencias ante la fiscal general.
– 21 de junio de 2025: Agentes estadounidenses citan a “el narcochofer” a la embajada de EE. UU. para ofrecerle beneficios a cambio de incriminar a los opositores.
– 25 de junio de 2025: Comunicado público de Cepeda y Del Río alertando sobre el montaje.
– 11 de julio de 2025: Cadena anuncia a “el narcochofer” que está listo para “reventar” el escándalo.
– 14 de julio de 2025: Coronell publica audios que confirman la conspiración.
– 28 de julio de 2025: La juez 44 lee el sentido de fallo contra Uribe, ajena al montaje en curso.
En la mira de la Fiscalía: el prontuario de Cadena
Además del caso por el que conocerá su sentencia esta semana, la Fiscalía investiga a Diego Cadena por varios procesos de alto perfil:
1. Compra de testimonios en casos de parapolítica: Señalamientos de haber ofrecido beneficios a exparamilitares para cambiar o retractar versiones que comprometían a figuras políticas cercanas al uribismo.
2. Manipulación de testigos en procesos contra periodistas: Presunta participación en el armado de declaraciones para desprestigiar a comunicadores críticos del expresidente.
3. Intermediación con narcotraficantes para favores judiciales: Diligencias en curso por supuestas gestiones ilegales a cambio de reducción de penas o beneficios carcelarios.
4. Amenazas y presiones a testigos protegidos: Denuncias sobre visitas no autorizadas a reclusos bajo protección, con el fin de alterar su testimonio.
5. Posible lavado de activos: Indagaciones preliminares sobre movimientos financieros incompatibles con sus ingresos declarados, vinculados a clientes con antecedentes de narcotráfico.
Estos expedientes, sumados al inminente fallo, configuran un panorama judicial en el que Cadena podría enfrentar múltiples frentes penales de forma simultánea.
Un patrón que no se rompe
El caso Cadena refuerza la percepción de que las estrategias de manipulación judicial que marcaron una era política en Colombia siguen activas. Como señalan juristas consultados, la combinación de presiones, falsos testigos y operación mediática es un libreto que se repite, con variaciones, desde hace más de dos décadas.
El viernes, cuando el juez lea la sentencia, no solo se definirá el futuro de un abogado. También se enviará un mensaje sobre los límites —o la ausencia de ellos— en las redes de poder que han influido en la justicia colombiana.