
El trasfondo de las operaciones militares y la sombra del “Cartel de los Soles”
Redacción MUNDO
La presencia militar de Estados Unidos en aguas del Caribe vuelve a generar tensiones políticas y diplomáticas en la región. Lo que Washington presenta como una “operación antidrogas” de gran escala es visto por países como Colombia y Venezuela como una muestra de poderío con objetivos que van más allá de la lucha contra el narcotráfico.
La denuncia de Caracas y Bogotá
Desde Caracas, el gobierno venezolano ha calificado estas maniobras como una violación al derecho internacional, asegurando que se trata de un movimiento de presión política disfrazado de operativo antidrogas. Bogotá, por su parte, aunque mantiene una relación de cooperación estratégica con Estados Unidos, también ha señalado que tales acciones suelen generar tensiones innecesarias en el Caribe y pueden poner en riesgo la estabilidad de la región.
Ambos países coinciden en un punto: la presencia militar de Washington en estas aguas excede las normas tradicionales de patrullaje y control marítimo, y responde a un objetivo político declarado desde 2020: la ofensiva contra lo que la Casa Blanca denominó el *“Cartel de los Soles”*.
El “Cartel de los Soles”: ¿una amenaza real o un pretexto político?
El término hace referencia a una supuesta red de altos mandos militares venezolanos involucrados en narcotráfico, especialmente en el envío de cocaína hacia Estados Unidos y Europa. Según Washington, esta estructura no solo trafica drogas, sino que también representa un soporte clave para la permanencia del gobierno de Nicolás Maduro.
En marzo de 2020, bajo la administración de Donald Trump, el Departamento de Justicia estadounidense acusó formalmente a Maduro y a varios de sus colaboradores de conspiración para “inundar” Estados Unidos con cocaína. Poco después, Trump anunció el despliegue de buques y aviones militares en aguas del Caribe, declarando que el objetivo era desarticular redes de narcotráfico y frenar el avance del llamado *Cartel de los Soles*.
Narcotráfico, poder y geopolítica
Sin embargo, diversos analistas señalan que la política antidrogas estadounidense tiene un trasfondo más complejo. Mientras Washington insiste en señalar al gobierno venezolano como facilitador del tráfico de drogas, investigaciones independientes han mostrado que la mayor parte de la cocaína que llega a Estados Unidos no pasa directamente por Venezuela, sino por rutas en Centroamérica y México, controladas por carteles locales y con ramificaciones dentro del propio territorio estadounidense.
Esto ha llevado a expertos a preguntarse si la ofensiva contra el *Cartel de los Soles* es realmente una estrategia de seguridad o, más bien, un recurso político para aumentar la presión internacional sobre Maduro y, al mismo tiempo, mostrar músculo militar en una región clave para los intereses de Washington.
Una región en la encrucijada
Lo cierto es que la presencia de buques de guerra estadounidenses en aguas del Caribe reabre viejas tensiones en América Latina. Para algunos, es una demostración de que Washington no ha renunciado a su papel de “gendarme” en la región; para otros, se trata de un recordatorio de que el narcotráfico sigue siendo un argumento poderoso para legitimar operaciones de alcance geopolítico. En medio de estas acusaciones cruzadas, la pregunta sigue abierta: ¿busca realmente Estados Unidos frenar el tráfico de drogas en el Caribe, o utiliza la bandera antidrogas como justificación para mantener presión sobre Venezuela y reafirmar su influencia en América Latina?