
AMALFI, Antioquia — La violencia golpeó con fuerza a Colombia este jueves, en una jornada marcada por dos atentados simultáneos que estremecieron al país: un coche bomba en Cali y un ataque con dron en el municipio de Amalfi, Antioquia. En este último, 12 policías murieron y al menos cuatro más resultaron heridos cuando el helicóptero en el que se transportaban fue alcanzado por explosivos durante una operación de erradicación de cultivos ilícitos.
El ataque ocurrió en una zona montañosa del nordeste antioqueño, escenario de presencia histórica de estructuras armadas dedicadas al narcotráfico. Las autoridades confirmaron que detrás de la acción estaría el frente 36 del Estado Mayor Central (EMC), una de las principales facciones disidentes de las antiguas FARC, bajo el mando de alias Calarcá.
Un día de luto para la Policía
El general Carlos Triana, director de la Policía Nacional, confirmó la identidad de los uniformados fallecidos y calificó la tragedia como una de las más dolorosas en los últimos años para la institución. “Hoy es un día de luto para la Policía Nacional y para Colombia. El terrorismo segó la vida de 12 valientes policías y dejó heridos a otros cuatro. Toda nuestra solidaridad con sus respetadas familias”, escribió en su cuenta oficial de la red social X.
Entre las víctimas se encuentran el mayor Carlos Mateus, el subteniente Nicolás Ovalle, el subintendente José Camacho, así como los patrulleros Michael Astaiza, Jhonatan Jiménez, Richard Lagos, Yeison Samboní, José Valera, Neyver Vásquez, Rafael Anaya, Edwin Zúñiga y Juan Guzmán.
Triana advirtió que se ha dispuesto de “las máximas capacidades institucionales para identificar y ubicar a los asesinos” y reiteró que los responsables no son insurgentes políticos sino “vulgares narcotraficantes”. El alto oficial también reconoció que la muerte de los 12 uniformados representa una “cuota de sacrificio muy alta”, pero anunció que se intensificará la ofensiva contra las disidencias, el Clan del Golfo y la llamada Junta del Narcotráfico.
El frente 36, entre el narcotráfico y la negociación frustrada
La Fiscalía General de la Nación confirmó que la hipótesis principal apunta al frente 36 del EMC, liderado por alias Calarcá. Este comandante había tenido acercamientos con el gobierno de Gustavo Petro en el marco de la política de “paz total”, pero su participación en el proceso nunca se consolidó.
Fuentes de inteligencia señalan que el frente 36 controla corredores estratégicos para el envío de cocaína hacia la Costa Caribe y que ha resistido las operaciones de erradicación en el nordeste antioqueño. El ataque con dron contra el helicóptero policial, una modalidad de creciente uso entre grupos armados en Colombia y México, envía un mensaje de capacidad tecnológica y de retaliación directa frente a la presión estatal.
Reacción del Gobierno
Aunque la jornada estuvo marcada también por la tragedia en Cali, donde un coche bomba dejó al menos seis muertos, el presidente Gustavo Petro se refirió a los dos ataques como parte de una misma estrategia de terror desplegada por las disidencias. “El terrorismo es la respuesta de facciones subordinadas al narcotráfico frente a los golpes recibidos en diferentes regiones”, aseguró el mandatario en Cali, donde presidió un consejo de seguridad extraordinario.
Las Fuerzas Militares y la Fiscalía anunciaron que desplegarán todas sus capacidades para perseguir a los autores. El ministro de Defensa, Pedro Sánchez , enfatizó que alias Calarcá y sus hombres serán objetivos prioritarios de la fuerza pública. “Estos ataques no nos detendrán en la lucha contra las estructuras del narcotráfico. Vamos a arreciar la ofensiva”, declaró.
El impacto y las razones
El atentado en Amalfi refleja la vulnerabilidad de las operaciones estatales en regiones donde confluyen economías ilícitas y presencia armada. La erradicación manual de cultivos de coca, la misión que cumplían los policías muertos, ha sido uno de los puntos más sensibles de la política antidrogas. Grupos como el frente 36 han respondido históricamente con violencia, en parte porque los cultivos de coca son la base de su financiamiento.
Analistas en seguridad advierten que el uso de drones como armas contra aeronaves oficiales marca un nuevo desafío táctico. “Estamos viendo una sofisticación de las capacidades de los grupos armados, que ahora emplean tecnologías de bajo costo para causar un gran impacto”, señaló un investigador del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac).
Una doble herida en la misma jornada
En menos de tres horas, Colombia sumó 18 muertos por atentados en dos regiones distintas. La coincidencia temporal de los ataques sugiere, según fuentes oficiales, un mensaje coordinado de las disidencias del EMC para mostrar que aún tienen poder de fuego y capacidad de golpear tanto a la Fuerza Pública como a la población civil.
La doble tragedia coloca al gobierno Petro en una encrucijada: mantener abiertos los canales de diálogo con facciones que siguen ejecutando atentados, o cerrar la puerta definitivamente y declararlos como enemigos irreconciliables. Mientras tanto, para las familias de los 12 policías asesinados en Amalfi, el costo de esta guerra híbrida entre narcotráfico y política se mide en vidas truncadas y duelos inconsolables.