
Redacción Colombia
Colombia enfrenta este mes una de las peores crisis por desastres naturales de 2025. Este martes, un deslizamiento masivo provocado por lluvias torrenciales sepultó decenas de viviendas en el municipio de Bello, en el departamento de Antioquia, dejando un número aún indeterminado de víctimas fatales.
El gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, confirmó la tragedia: “Una avenida torrencial afectó varias viviendas y la vida de nuestros paisanos en el barrio El Pinar de Bello. Hemos desplegado todos los recursos del Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo (DAGRAN) para responder a esta emergencia”, señaló en redes sociales.
El alcalde de Medellín —capital de Antioquia y ciudad vecina a Bello—, Federico Gutiérrez, expresó su solidaridad: “Lamento profundamente la muerte de varias personas por esta emergencia. Hemos ofrecido todo el apoyo técnico y operativo de Medellín para las labores de búsqueda y rescate”.
El derrumbe en Bello es el episodio más reciente de un invierno atípicamente severo que azota a Antioquia y a su capital, Medellín, desde abril de este año. Según el Departamento Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), más de 6.500 personas han resultado damnificadas en la región por lluvias extremas, que ya han provocado al menos 28 eventos de remoción en masa, inundaciones y afectaciones en infraestructura vial.
Medidas de emergencia en Medellín

En Medellín, la situación es igualmente crítica. La Alcaldía ha activado un plan de evacuación humanitaria en la zona de Villatina (Comuna 8), donde el riesgo de deslizamiento es considerado “alto y no mitigable”. Se procederá a la demolición inmediata de 23 edificaciones en peligro.
“Esta es una medida de vida o muerte. No vamos a permitir que esta amenaza geológica se convierta en otra tragedia”, afirmó el secretario de Seguridad y Convivencia de Medellín, Manuel Villa Mejía.
La intervención incluye acompañamiento psicosocial, subsidios temporales para las familias afectadas y una estrategia integral de recuperación, bajo la declaratoria oficial de calamidad pública.
Balance de un invierno catastrófico en Antioquia
El actual periodo de lluvias en Antioquia y Medellín ya es considerado por autoridades climáticas como uno de los peores de la última década. Eventos extremos asociados al fenómeno de La Niña y al cambio climático han intensificado la frecuencia de deslizamientos e inundaciones en zonas urbanas y rurales.
Según el informe consolidado de la Gobernación de Antioquia:
- Más de 3.000 viviendas han resultado afectadas en el departamento en lo que va del año.
- Al menos 17 municipios permanecen en alerta roja por amenaza de deslizamientos.
- Infraestructura vial crítica en el Valle de Aburrá y otras subregiones ha sido gravemente dañada.
- Más de 12.000 personas permanecen en albergues temporales o con subsidios por pérdida de vivienda.
Apoyo del gobierno nacional
En respuesta a la gravedad de la situación, el gobierno nacional, a través del Ministerio del Interior y la UNGRD, ha destinado más de 50.000 millones de pesos (unos 12,5 millones de dólares) en ayudas humanitarias para Antioquia y Medellín en los últimos tres meses.
Entre las medidas adoptadas:
- Declaratoria de Emergencia Nacional por Desastres en varias zonas del país, incluyendo Antioquia.
- Envío de equipos técnicos y maquinaria pesada para remoción de escombros y estabilización de taludes.
- Fortalecimiento de los sistemas de alerta temprana en coordinación con el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM).
- Coordinación con gobiernos locales para la implementación de planes de reubicación en zonas de riesgo.
Una región en alerta ante la crisis climática
El gobierno y los organismos internacionales de cooperación, como la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), advierten que la temporada de lluvias podría extenderse hasta el último trimestre del año, aumentando la vulnerabilidad en un territorio densamente poblado como el Valle de Aburrá.
Con los pronósticos de más lluvias en las próximas semanas, Antioquia enfrenta el desafío urgente de fortalecer su infraestructura de mitigación y consolidar una política de prevención climática. Mientras tanto, miles de familias en Bello, Medellín y otros municipios siguen esperando respuestas frente a una emergencia que ha puesto a prueba la resiliencia de la región.