
El contexto legislativo de un gobierno polarizado
Unidad Investigativa – GMTV Productora Internacional
En estos tres años del gobierno de Gustavo Petro, el Congreso se ha convertido en el epicentro de una política de choque, donde la oposición ha adoptado estrategias que van más allá de la crítica: han buscado bloquear, retrasar o reformular las iniciativas del Ejecutivo. En ese escenario, el “uribismo” —representado por partidos como el Centro Democrático, Cambio Radical, MIRA, y Colombia Justa y Libre— ha jugado un rol central.
Pero ¿qué ha hecho exactamente esta oposición parlamentaria? ¿Cuáles fueron sus apuestas legislativas? ¿Y qué mensaje quieren transmitir a los votantes de cara a las elecciones de 2026? Empecemos desde atrás con cifras que muestran la magnitud del desafío.
Una productividad legislativa menguante del gobierno: ¿luces y sombras?
El gobierno Petro ha presentado casi 100 proyectos de ley en sus primeros tres años, de los cuales solo 30 se convirtieron en ley. Eso equivale a una tasa de éxito del 30 %, un resultado inferior en comparación con los gobiernos anteriores de Duque (60 %) y Santos (54–64 %).
Aún más crudo: entre julio de 2024 y junio de 2025, de 910 proyectos radicados, apenas 18 fueron aprobados (2 %) —7 del Ejecutivo y 11 del Congreso—, mientras que más de un 20 % fueron archivados y el resto permanece en trámite.
Estas cifras reflejan la creciente capacidad del Congreso, y en particular de la oposición, para frenar iniciativas estructurales del Ejecutivo. En ese juego de fuerzas, el uribismo —con sus aliados— ha buscado marcar agenda con sus propias propuestas.
El uribismo quebró la línea del “inhibir” para presentar agenda propia
Centro Democrático

Desde la oposición, el Centro Democrático se ha enfocado en tres frentes legislativos principales:
* Reducción del Congreso: propone recortar un 30 % los escaños del Senado y 20 % la Cámara, con circunscripciones nacionales y curules adicionales para comunidades étnicas y del exterior.
* Reducción salarial: plantea imponer un impuesto del 20 % sobre el salario de congresistas, y que su remuneración no exceda los 23 salarios mínimos mensuales.
* Servicio social para la paz: logró que se votara la eliminación de ese artículo en la Ley de Paz Total, entre fuertes debates, si bien finalmente el Gobierno implementó parte de esas medidas de manera ejecutiva.
Además, su representación ha criticado las propuestas del Ejecutivo, por ejemplo, denunciando filtraciones en recursos a partidos de oposición. ([Wikipedia][4])
MIRA

Aunque MIRA no forma parte del uribismo estricto, ha evaluado el papel gubernamental desde posiciones conservadoras en lo fiscal, pero ambivalentes en lo social. Aunque no hay reportes recientes de presentación de proyectos en este periodo, su vocación ambiental permanece fuerte desde leyes previas como la Ley de Páramos (2018).
Colombia Justa y Libre / Cambio Radical

* Cambio Radical se declaró en oposición desde marzo de 2023, y aunque no se destacan proyectos propios visibles en los medios, su respaldo sistemático a la bancada conservadora y su resistencia a reformas laborales y tributarias son notables.

* Colombia Justa y Libre tampoco aparece con una propuesta legislativa destacada en este periodo, aunque su alineación con el bloque conservador sugiere influencia indirecta en las decisiones del Congreso.
3. Estrategias: bloqueo, imagen de anticorrupción y control institucional
¿A qué vino el uribismo al Congreso?
En estos tres años de gobierno de Gustavo Petro, la bancada uribista ha dejado más titulares de confrontación que resultados legislativos. Lo suyo ha sido más espectáculo que construcción. Más ruido que leyes.
Solo discursos: su estrategia principal ha consistido en bloquear reformas —la laboral, la pensional, la de salud— a punta de intervenciones encendidas, amenazas de parálisis y un lenguaje cada vez más cargado de insultos. Se presentan como los guardianes de la institucionalidad, pero sin poner sobre la mesa soluciones reales.
Solo peleas: los anuncios de “anticorrupción” y “austeridad” se quedaron en frases hechas. Hablan de reducir el Congreso y poner límites salariales, pero sus proyectos nunca pasaron del papel. Más que un compromiso serio, parece un recurso para alimentar titulares y redes sociales.
Nada para mostrar: su supuesta “agenda propia” ha sido mínima y sin impacto. Iniciativas aisladas que mueren en comisión y que sirven más para mantener la narrativa de oposición que para resolver los problemas del país.
Un lenguaje violento y retador: la constante ha sido la confrontación. El Centro Democrático, junto con aliados como Mira, Colombia Justa Libres y Cambio Radical, han optado por un estilo pendenciero, diseñado para agitar a sus bases y reforzar la idea de que “resisten” frente al “enemigo” en el poder.
En resumen, el uribismo vino al Congreso en el gobierno Petro no a legislar, sino a pelear, frenar y gritar. Su balance se resume en eso: ruido político, polarización y un saldo casi vacío en términos de propuestas viables para Colombia.
4. ¿Qué podría enseñar esto para las elecciones de 2026?
La narrativa que construyen es clara: Un premio electoral por ser quienes frenaron un gobierno que, según ellos, desbordó sus límites. Sus banderas: defender la institucionalidad, combatir el elitismo político y salvaguardar la economía frente a reformas radicales.
Pero, ¿será un premio o una respuesta a un país harto de grillas? La estrategia dependerá de su capacidad para:
* Convertir propuestas tecnocráticas (como recorte del Congreso) en mensajes emotivos que resuenen con el electorado.
* Mostrar que no solo son una muralla, sino también un equipo con visión de país.
* Mantener cohesión interna frente a fricciones que surgen en sistemas parlamentarios fragmentados.
5. El balance (preliminar)
Partido | Proyectos o posición destacada | Estrategia / Resultado |
Centro Democrático | Reducción Congreso, salarios, eliminación servicio social | Postura clara anticorrupción y contra “gasto político” |
Cambio Radical | Oposición definida, sin iniciativas propias visibles | Alianza táctica con bloque uribista |
Colombia Justa y Libre | Sin propuestas nuevas reportadas | Participación simbólica en coalición conservadora |
MIRA | Foco ambiental histórico, sin novedades recientes | Permanencia en agenda ambiental y social conservadora |
Estos partidos presentan una propuesta específica: fiscalización política, defensa de lo institucional, austeridad y conservadurismo social. Estrategia clara en función de 2026: pescar en un electorado preocupado por costos de reformas estatales.
Conclusión (Primera Entrega)
En el Capitolio, el uribismo aprovechó los tres años de Petro para consolidar su rol como fuerza de resistencia organizada. Aunque su genética política tiende a obstaculizar antes que proponer, no carecen de algunas iniciativas propias —sobre todo anticorrupción y ajustes institucionales—, que nutrirán sus discursos electorales.
Si hubiese un premio por frenar reformas, el Centro Democrático y aliados apuntarían a cobrarlo el 2026. Pero ese premio depende también de lo que el país recuerde: ¿un Congreso que defendió la institucionalidad o un Congreso que le puso coto a los cambios que los colombianos reclamaban?