
Por Redacción Orden Publico
Un nuevo episodio de violencia entre grupos armados ilegales sacudió esta semana la región del oriente colombiano. La guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) confirmó su responsabilidad en una emboscada que dejó como resultado la muerte de José Aldinever Sierra Sabogal, alias ‘Zarco Aldinever’, considerado el segundo cabecilla de la disidencia de las FARC conocida como Segunda Marquetalia.
El hecho ocurrió cuando alias ‘Zarco’ se dirigía a una reunión pactada con miembros del Frente de Guerra Oriental del ELN. En el trayecto, fue sorprendido por un ataque con explosivos que dejó también sin vida a otro combatiente identificado como alias ‘Einer’, y provocó heridas a al menos tres integrantes más de su estructura.
Prontuario de un hombre clave en la insurgencia armada
Alias ‘Zarco Aldinever’ era considerado uno de los hombres más peligrosos del ala disidente de las FARC. Fue durante años la mano derecha de alias ‘Iván Márquez’, con quien reapareció públicamente en 2019 tras el anuncio del rearme de la Segunda Marquetalia.
Como uno de sus principales estrategas militares, ‘Zarco’ comandaba operaciones en zonas fronterizas con Venezuela y tenía control sobre corredores estratégicos del narcotráfico. Además, las autoridades lo vinculaban con el atentado fallido contra el senador Miguel Uribe Turbay, del que habría sido el autor intelectual, según los informes de inteligencia militar y judicial.
Fragmentación y lucha por el poder
La muerte de ‘Zarco Aldinever’ reconfigura el panorama del conflicto armado en Colombia, especialmente en momentos en que las disputas territoriales y el control de economías ilegales como el narcotráfico, la minería ilegal y la extorsión están generando un recrudecimiento de los enfrentamientos entre el ELN y las disidencias de las FARC.
En los últimos meses, varias figuras clave de estos grupos han sido abatidas o capturadas. Entre ellos destacan:
Alias ‘Iván Mordisco’ (Estado Mayor Central): sobreviviente a múltiples operativos, sigue siendo blanco prioritario de las fuerzas militares.
Alias ‘Jhon Mechas’, vinculado con ataques terroristas y señalado de operar desde Venezuela, se encuentra prófugo tras múltiples cercos militares.
Alias ‘Gentil Duarte’, antiguo cabecilla de las disidencias, murió en 2022 en un presunto ajuste de cuentas entre estructuras ilegales.
### El alto costo de una guerra criminal
Aunque las cifras oficiales sobre las finanzas de estos grupos son opacas, informes de inteligencia estiman que las disputas internas entre organizaciones criminales le han costado a cada estructura entre 5 y 10 millones de dólares anuales en pérdida de rutas, combatientes, armamento y cargamentos de droga incautados o destruidos durante los enfrentamientos.
Estas guerras intestinas no solo golpean sus estructuras, sino que también afectan sus ingresos, pues la violencia ahuyenta a intermediarios, obstaculiza la circulación de cargamentos internacionales y genera desconfianza entre los aliados logísticos en la región.
En paralelo, el impacto sobre la población civil es devastador.
Catatumbo: una región sitiada
Zonas como el Catatumbo, al noreste del país, se han convertido en epicentro de esta guerra no declarada entre grupos ilegales. Según la Defensoría del Pueblo, “más de 3.000 familias campesinas permanecen confinadas o desplazadas por los constantes enfrentamientos entre el ELN, la Segunda Marquetalia y el Estado Mayor Central”.
Las escuelas cerradas, los caminos minados y los cultivos arrasados por las balas son parte del drama cotidiano de estas comunidades. “Aquí el Estado no llega, solo llegan las balas”, denunció un líder comunal que pidió mantener el anonimato por seguridad.
¿Fracaso del cese al fuego?
El incidente también revive el debate sobre la eficacia del cese al fuego bilateral impulsado por el gobierno colombiano con distintas facciones insurgentes. Aunque la Segunda Marquetalia no hace parte formal de esos acuerdos, el enfrentamiento con el ELN —grupo con el que sí hay diálogo activo— deja al descubierto los límites reales de la negociación frente a un mapa fragmentado, sin un mando unificado y con intereses profundamente cruzados por el dinero del narcotráfico. Las autoridades no han emitido aún un pronunciamiento oficial sobre la emboscada, mientras organismos de inteligencia evalúan el impacto de la caída de ‘Zarco Aldinever’ en la estructura de mando de la Segunda Marquetalia.