
Comunidad se une a la policía, vistiendo 153 CAI de nuestros colores patrios en el 20 de Julio
Redacción NACION
Este 20 de julio no solo se celebra el nacimiento republicano de Colombia; también se marca un momento crucial para la Fuerza Pública, que ha venido transitando —no sin tensiones— el sendero de la confianza ciudadana. En medio de reformas, debates institucionales y la permanente exigencia de derechos, el respaldo que parte de la población ofrece a la Policía Nacional adquiere un valor histórico y emocional que trasciende los protocolos y los aplausos en desfile.
Más que honor, una búsqueda de legitimidad renovada
Para los hombres y mujeres que integran la Policía, esta fecha no solo representa el tributo a la independencia nacional, sino también una oportunidad de reafirmar su vocación de servicio, adaptada a los desafíos democráticos del siglo XXI. Recibir el respaldo ciudadano —aunque parcial y heterogéneo— en tiempos de crítica y polarización, constituye un signo de que la institución aún conserva un capital simbólico por reconstruir.
Una fuerza al servicio del pueblo, no del poder
Los gestos de reconocimiento ciudadano —desde el respeto en barrios populares hasta el apoyo espontáneo durante jornadas complejas— dibujan una narrativa distinta: una en la que la Policía puede ser vista como aliada del bien común y garante de derechos, no solo como brazo operativo del Estado. En este sentido, el 20 de julio sirve para interpelar a la institución y recordar que su legitimidad nace del vínculo social más que de los rangos.
Un nuevo pacto de independencia: seguridad con dignidad

En medio de las reformas policiales y el llamado a transformar prácticas, protocolos y relaciones con la comunidad, este Día de la Independencia ofrece un escenario para impulsar un nuevo pacto: uno en el que la seguridad esté conectada con la dignidad, la empatía y el respeto mutuo. Porque la verdadera independencia de una nación también implica liberarse del miedo, la violencia injustificada y la desconfianza institucional.
entre el uniforme y el corazón de la patria
En tiempos donde la palabra “cambio” agita las plazas y los titulares, reconocer la labor digna, valiente y comprometida de muchos policías es un acto de justicia simbólica. Este 20 de julio, ese gesto se convierte en mensaje: Colombia sigue construyendo su independencia, y la Fuerza Pública también debe ser protagonista de esa nueva narrativa, donde el respaldo ciudadano no se da por decreto, sino por confianza ganada.