
Redacción Orden Publico
En respuesta a la creciente amenaza del Clan del Golfo, el presidente Gustavo Petro ha anunciado una ofensiva militar total para desmantelar esta estructura criminal que ha sembrado violencia y narcotráfico en Colombia. Las razones detrás de esta decisión incluyen los recientes ataques contra la fuerza pública y las alianzas estratégicas del grupo para expandir sus operaciones en regiones clave como Antioquia y el Magdalena Medio.
Durante los primeros días de la operación, la fuerza pública logró importantes avances, como la eliminación de cabecillas clave y la captura de miembros del grupo, además de la incautación de armamento estratégico. Sin embargo, expertos y autoridades locales han señalado deficiencias en la estrategia, incluyendo la falta de inteligencia precisa y los desafíos logísticos que enfrentan las fuerzas armadas en regiones remotas.
El presidente Petro defendió la ofensiva, afirmando que “la fuerza del clan se dispersó” tras los bombardeos. Por su parte, Pedro Sánchez, ministro de Defensa, destacó la importancia de estas acciones para proteger a las comunidades afectadas. Andrés Julián Rendón, gobernador de Antioquia, elogió los avances pero insistió en la necesidad de medidas más contundentes contra las estructuras criminales.

A pesar de los logros iniciales, la ofensiva ha generado preocupación por los posibles impactos en comunidades locales, destacando la necesidad de abordar el problema del narcotráfico desde un enfoque integral que combine la fuerza militar con estrategias sociales.
El Clan del Golfo ha respondido a la ofensiva del gobierno con una estrategia conocida como “plan pistola”, que consiste en ataques sistemáticos contra miembros de la fuerza pública. Según reportes recientes, este grupo ha asesinado a 27 policías y militares en diferentes regiones del país como represalia por la captura y eliminación de varios de sus líderes.
Además, el Clan del Golfo ha intensificado sus actividades de intimidación y violencia en comunidades locales, buscando mantener el control territorial y enviar un mensaje de resistencia frente a las acciones del Estado. Estas tácticas incluyen ataques indiscriminados, incluso contra uniformados fuera de servicio, y el uso de redes criminales para proteger sus operaciones.
El presidente Gustavo Petro ha señalado que esta respuesta del Clan del Golfo es un intento de “matar hijos del pueblo” y ha reafirmado que el gobierno no retrocederá en su ofensiva