
Redacción POLITICA MUNDO
CARTAGENA, Colombia — En medio de crecientes tensiones diplomáticas, el presidente Gustavo Petro criticó duramente la posible decisión de Estados Unidos de recortar significativamente los fondos de cooperación hacia Colombia, afirmando que su país ha cargado con los costos humanos de una guerra que no le pertenece.
Durante un acto conmemorativo por los 202 años de la Batalla Naval del Lago de Maracaibo, celebrado en la ciudad de Cartagena, Petro declaró que la relación bilateral no representa un intercambio equitativo. “No nos están ayudando. Somos nosotros los que ayudamos. Allá no mueren, aquí sí”, dijo el mandatario en alusión a la lucha contra el narcotráfico, principal eje de la asistencia estadounidense.
Revisión presupuestaria en Washington
La crítica de Petro se produce en respuesta a una propuesta legislativa presentada por el Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes de EE. UU., que plantea una reducción del 50% en los fondos destinados a Colombia para el año fiscal 2026, excluyendo aquellos relacionados con seguridad.
El informe del comité expresa preocupación por el manejo de la cooperación bilateral bajo la administración Petro. Entre los motivos, se citan el aumento en el consumo de drogas —incluso dentro de miembros del gobierno— y el deterioro de las condiciones de seguridad en el país. A esto se suma la percepción de que Colombia no ha utilizado de manera efectiva los recursos estadounidenses para promover los objetivos compartidos entre ambas naciones.
“La vida humana es lo que más vale”
El presidente colombiano también apuntó contra el impacto real del financiamiento, subrayando que parte de los USD $170 millones han terminado beneficiando empresas intermediarias o en actos de corrupción interna. “Muchos colombianos y colombianas se robaron ese billete”, comentó, agregando que los fondos “no han tenido una eficacia real para que Colombia salga de la violencia.”
Petro concluyó que la cooperación ha operado bajo una lógica que prioriza intereses ajenos. “La vida humana es lo que más vale, no el dólar”, aseveró.
Análisis político sobre la postura demócrata frente al recorte de ayudas a Colombia
La aprobación del recorte presupuestario para Colombia por parte del Congreso de Estados Unidos ha generado una ola de interpretaciones que merece ser aclarada. Aunque el proyecto fue aprobado el martes, es fundamental entender que los demócratas no respaldan la narrativa republicana que impulsó el recorte. De hecho, varios representantes demócratas han expresado su preocupación por las consecuencias que esta decisión podría tener en la relación bilateral y en la cooperación antidrogas.
¿Qué dijeron realmente los demócratas?
Lejos de apoyar el recorte, los demócratas criticaron la postura y los recortes a Colombia, subrayando que un gobierno de izquierda no debe ser considerado automáticamente como adversario de Estados Unidos. Esta postura contrasta con la línea dura de los republicanos, quienes justifican el recorte con argumentos sobre el deterioro de la seguridad en Colombia y supuestas irregularidades en el gobierno Petro.
Impacto potencial del recorte
Reducir la ayuda en un 50% —de USD $410 millones a $208 millones— no solo debilita los programas de desarrollo y seguridad, sino que pone en riesgo los esfuerzos conjuntos para combatir el narcotráfico y el crimen organizado, pilares históricos de la cooperación entre ambos países. Expertos en gobernanza internacional han advertido que esta decisión podría desestabilizar proyectos clave y afectar directamente a comunidades vulnerables en Colombia3.
Relación bilateral en juego
Los demócratas han dejado claro que mantener una relación sólida con Colombia es estratégico para la región, y que los recortes impulsados por sectores republicanos podrían tener efectos contraproducentes. En lugar de castigar a Colombia, la vía diplomática y el fortalecimiento de los canales de cooperación deberían ser el camino a seguir.
Nota: Este comentario final busca poner en contexto lo dicho por los demócratas: no se trata de una aprobación unánime del recorte, sino de una batalla política interna donde la visión de largo plazo sobre la relación con Colombia está en juego.