
Redacción Deportes
El clásico capitalino entre Millonarios e Independiente Santa Fe, disputado el 19 de junio en El Campin, terminó con más preguntas que respuestas. El partido, decisivo para definir al finalista del Grupo B de la Liga Colombiana 2025-I, se inclinó a favor del conjunto cardenal con un 2-1 que dejó a los embajadores fuera de la final… y a sus hinchas encendidos por la polémica arbitral.
Apenas al minuto 2, Hugo Rodallega abrió el marcador para Santa Fe tras un pase de Harold Mosquera. El asistente levantó la bandera por fuera de lugar, pero el VAR intervino y validó el gol al considerar que el delantero estaba en línea con el balón. La jugada, milimétrica y discutida, desató la furia de los jugadores de Millonarios y encendió las redes sociales.
Radamel Falcao, quien marcó el descuento en el último minuto, no se guardó nada en la rueda de prensa. “Así me den 50 mil fechas, no vuelvo a jugar en Colombia. Siempre ante la duda era en contra nuestra. Que se jodan los del VAR”, declaró el ‘Tigre’, visiblemente molesto. Sus palabras, aunque viscerales, reflejan una sensación de hartazgo con el arbitraje y el uso del VAR en el torneo.
El presidente de Santa Fe, Eduardo Méndez, respondió con mesura e invitó a Falcao a rectificar sus declaraciones, apelando a su rol como referente del fútbol colombiano.
En medio de la controversia, algunos aficionados y comentaristas han comenzado a cuestionar el rol de las apuestas deportivas en este tipo de partidos. Aunque no hay evidencia concreta que vincule el resultado con irregularidades, el creciente protagonismo de las casas de apuestas en el fútbol colombiano —con cuotas, promociones y análisis previos al partido ampliamente difundidos— ha generado suspicacias en sectores del público.
El clásico dejó a Santa Fe en la final y a Millonarios con un sabor amargo. Pero más allá del resultado, el debate sobre la transparencia arbitral y la influencia externa en el fútbol nacional está más vivo que nunca.