
Redacción Internacional y Economía
En un giro inesperado, China y Estados Unidos han alcanzado un acuerdo para reducir los aranceles sobre sus productos durante 90 días, en un intento por frenar la escalada de tensiones comerciales que ha marcado los últimos meses. Según el pacto, Washington reducirá los aranceles sobre bienes chinos del 145% al 30%, mientras que Pekín hará lo propio con los productos estadounidenses, bajando del 125% al 10%.
Las tensiones previas: una guerra comercial sin precedentes
Desde febrero, ambas potencias han estado inmersas en una guerra comercial que llevó los aranceles a niveles históricos. La administración estadounidense impuso gravámenes agresivos sobre productos chinos, lo que provocó represalias por parte de Pekín. La disputa no solo afectó el comercio bilateral, sino que también generó incertidumbre en los mercados globales.
El acuerdo alcanzado en Ginebra marca el primer acercamiento formal entre ambas naciones desde el inicio del conflicto. Además de la reducción de aranceles, se ha establecido un mecanismo permanente de consulta, liderado por el viceprimer ministro chino, He Lifeng, y el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, con el objetivo de evitar futuras escaladas comerciales.
Reacciones de la economía mundial
Los mercados financieros han reaccionado positivamente al anuncio. Las bolsas europeas y asiáticas han registrado avances, mientras que los futuros del S&P 500 y Nasdaq 100 han mostrado un repunte significativo. Analistas consideran que esta tregua podría aliviar la presión sobre las cadenas de suministro globales, especialmente en sectores clave como tecnología, acero y medicamentos.
Sin embargo, expertos advierten que la medida es **temporal** y que las negociaciones técnicas continuarán en los próximos meses. La incertidumbre persiste sobre si este acuerdo será suficiente para evitar una nueva escalada de tensiones comerciales entre ambas potencias.
¿Un nuevo capítulo en las relaciones China-EE.UU.?
El secretario del Tesoro estadounidense ha destacado que ninguna de las partes desea un desacoplamiento comercial, y que el objetivo es lograr un comercio más equilibrado. No obstante, algunos sectores en EE.UU. han expresado preocupación por la permanencia de ciertos aranceles, especialmente aquellos relacionados con el fentanilo, un tema que también fue abordado en las negociaciones.
Este acuerdo representa un respiro para la economía global, pero la pregunta sigue abierta: ¿será el inicio de una nueva etapa de cooperación o simplemente una tregua temporal antes de una nueva confrontación?