
Un conflicto que cambió el orden internacional
Informe Especial – GMTV productora Internacional
Cuando el mundo despertó el 24 de febrero de 2022, la invasión rusa tomó al sistema internacional por sorpresa. Moscú lanzó una mayor ofensiva en varios frentes —desde Kiev hasta el Donbás y Crimea— con el objetivo de imponer su voluntad sobre Ucrania. Hoy, más de tres años después, y pese a las ofensivas ucranianas del verano de 2022, Rusia conserva alrededor del 20 % del territorio, incluida la península de Crimea.
Lo que comenzó como una invasión veloz degeneró en un conflicto prolongado de desgaste. Ucrania, con el apoyo de Occidente, recuperó territorios, pero Rusia se afianzó en bastiones estratégicos, especialmente en el este del país.
Equilibrio militar: ¿quién tiene ventaja?
Progresos y límites de Ucrania
Ucrania ha logrado detener avances rusos clave; en lugares como Donetsk o Kupiansk, los defensores han contenido ofensivas y ganado tiempo para reorganizarse. En Pokrovsk, sin embargo, las tropas ucranianas afrontan una fuerte presión. Y aunque han trasladado fuerzas de élite para reforzar líneas, su capacidad sigue al límite.
Analistas advierten que Rusia mantiene una ventaja numérica —tres soldados rusos por cada ucraniano— y superioridad tecnológica en drones y tácticas, lo que vulnera las defensas ucranianas.
Las aspiraciones rusas

Rusia controla alrededor del 88 % de Donbás y mantiene posiciones sólidas, como en Donetsk, fuertemente fortificada. La captura total del Donbás resultaría simbólica, con potencial para desatar nuevas ofensivas hacia Járkov o Dniéper.
En cuanto a declaraciones diplomáticas, el Kremlin ha sugerido ceder ciertas regiones —Donbás, Jersón, Zaporiyia— a cambio de un alto el fuego: una propuesta rechazada por Kiev que considera que tal concesión sentaría un precedente peligroso.
En resumen, el conflicto no tiene un ganador claro en el terreno, aunque Rusia exhibe control fuerte en territorios clave, mientras Ucrania resiste con ayuda occidental, aunque limitada.
Los esfuerzos globales por detener la guerra
OTAN y EE. UU.: retórica, apoyo, divisiones
Desde el inicio del conflicto, Occidente se comprometió con sanciones, apoyo militar y diplomático, pero no intervención directa. Este verano, la OTAN debatió medidas para reforzar la seguridad de Ucrania: EE. UU. descarta el despliegue de tropas en suelo ucraniano; se plantea apoyar con coordinación aérea y logística. Algunos países (Francia, Reino Unido, países bálticos) están a favor; otros (Alemania, Polonia, Italia, Hungría) muestran reticencia.
En la reciente cumbre entre Trump y Putin en Alaska, no hubo acuerdos formales, pero surgió la idea de ofrecer a Ucrania garantías de seguridad similares al artículo 5 de la OTAN —sin adhesión formal— lo que genera inquietud entre expertos: ¿es suficiente o legitima el relato de Rusia?.
Una coalición europea —liderada por Macron, Merz y Starmer— busca presentar un frente unido en Washington, exigiendo garantías reales para Ucrania y evitando concesiones territoriales impuestas. Al mismo tiempo, tras la cumbre con Putin, la ciudadanía ucraniana, decepcionada, cree que EE. UU. ha vuelto a dejarles “en la estacada”.
Cumbres y plan europeo de defensa
El 2 de marzo de 2025, en la Cumbre de Londres, Reino Unido y la UE lanzaron una coalición con el propósito de fortalecer la defensa europea. Ursula von der Leyen anunció un plan de inversión en defensa de 800.000 millones de euros: “ReArm Europe”. Starmer enfatizó que Europa debía asumir la responsabilidad principal, con apoyo estadounidense y, en última instancia, la participación de Rusia en negociaciones.
Iniciativas de paz del Sur Global y China
En septiembre de 2024, una nota conjunta del Sur Global —entre ellos China, Brasil, Sudáfrica, México y otros— propuso formar un grupo de “amigos por la paz” para fomentar la desescalada.
China, por su parte, presentó en febrero de 2023 un plan de paz basado en 12 puntos: alto el fuego, respeto a la integridad territorial (no condicional), diálogo, protección humanitaria, garantía de cadenas de suministro, rechazo de sanciones unilaterales y reconstrucción posguerra. El documento fue considerado vago por Occidente —sin exigencia de retirada rusa—, aunque el propio Lavrov lo definió como la propuesta más razonable.
China y aliados de Rusia: ¿quién ayuda a quién?
China no condena la invasión, pero se presenta como mediador. Su plan de paz evita condenar la agresión rusa, buscando prolongar su ventaja geopolítica y económica.
La OTAN, por su parte, destaca que China, Corea del Norte e Irán actúan como facilitadores del esfuerzo bélico ruso: Corea del Norte, por ejemplo, ha suministrado proyectiles y artillería a Rusia, mientras recibe tecnología a cambio. Además, Putin se ha alineado con Corea del Norte y China, lo que preocupa a Occidente.
¿Cómo ha evolucionado la guerra?

Desde formatos como los Acuerdos de Minsk en 2014 o la ofensiva fallida de 2023 por parte de Ucrania, hasta las escaladas recientes, este conflicto ha sido una contienda de desgaste. Minsk, según Merkel y Hollande, sirvió para ganar tiempo y fortalecer capacidades militares ucranianas.
En mayo de 2025, Ucrania lanzó una incursión en Tiótkino (Rusia, región de Kursk), aunque fue contenida pronto por Moscú.
Futuro: negociaciones, congelamiento o escalada
El panorama es incierto. Rusia busca reconocimiento de control territorial a cambio de pausas o alta fuegos; Ucrania exige garantías reales y rechaza ceder terreno. En Alaska, Trump sugirió garantías tipo OTAN, pero sin detalles concretos ni adhesión formal.
Europa se moviliza con inversiones en defensa y coaliciones militares; EE. UU. marca límites (no despliegue), mientras cuestiona la credibilidad de sus promesas.
China mantiene su postura de “mediador imparcial”, pero con intereses propios en la estabilidad global y acceso al suministro energético ruso.
Si no hay cambio sustancial en el terreno o en las negociaciones, es probable que la guerra se mantenga como conflicto congelado, con líneas del frente fijas y una escalada latente. Solo una diplomacia realista con garantías tangibles —no solo declarativas— podrá cambiar el rumbo.
Conclusión: nadie gana, pero algunos consolidan
– En el terreno, la guerra es de desgaste: Rusia conserva posiciones clave; Ucrania resiste con apoyo externo, pero con debilidades músculo-militares.
– Diplomáticamente, Occidente se fragmenta: hay apoyo, pero con ambigüedad; EE. UU. es reactivo, Europa se rearma; Trump plantea garantías sin compromiso
– Globalmente, China y aliados ayudan al Kremlin, impulsando soluciones pacíficas que favorecen los “hechos consumados” de Moscú.
– A futuro, el escenario más probable es la consolidación de posiciones, con visos de negociación solo si se materializan garantías válidas para Ucrania.
La guerra continúa sin un vencedor claro; solo el equilibrio geopolítico —no solo militar— definirá su destino.