
Redacción Judicial y Política
Bogotá, 12 de agosto de 2025 — El senador y candidato presidencial Miguel Uribe Turbay falleció en la madrugada del 11 de agosto tras dos meses de agonía luego de ser blanco de un atentado en junio en Bogotá. Su muerte, confirmada por fuentes médicas y familiares, marca un capítulo doloroso en la historia política colombiana y reaviva interrogantes sobre quién se benefició con su desaparición y por qué fallaron las instituciones en protegerlo.
Hechos con sombras: lo que ya no tiene vuelta atrás
El atentado ocurrió el 7 de junio, cuando al abandonar un mitin fue herido por disparos que lo dejaron en estado crítico. A pesar de cirugías urgentes, sobrevive apenas dos meses antes de fallecer por las complicaciones neurológicas causadas.
En torno al ataque, persisten tres enigmas dolorosos:
-El arma cambiada, cuya cadena de custodia ha sido cuestionada.
-La ambulancia providencial que llegó en tiempo imposible, con un neurocirujano a bordo.
-El dictamen médico ausente, pedido por el Consejo de Estado para evaluar su investidura, pero jamás presentado públicamente.
Ecos políticos: la respuesta del país
Desde el Gobierno:
El presidente Gustavo Petro condenó enfáticamente el atentado y canceló un viaje internacional para reforzar la institucionalidad y la investigación. Funcionarios han llamado a reducir la polarización política y fortalecer la seguridad de los contendientes electorales.
Oposición y Centro Democrático:
Álvaro Uribe expresó: “Que la lucha de Miguel sea luz que ilumine el camino correcto de Colombia”; María Fernanda Cabal, una de sus mayores rivales políticas al interior de su partido, lo calificó como un hombre íntegro cuya muerte deja un vacío irreparable.
Otros partidos y figuras políticas:
El Partido Conservador y Cambio Radical condenaron el atentado y llamaron a proteger la democracia.
Ingrid Betancourt responsabilizó al Gobierno por fomentar un clima de odio y pidió un diálogo nacional urgente.
Iván Cepeda (Pacto Histórico) instó a investigar quién busca desestabilizar nacionalmente.
La Rama Judicial reafirmó su compromiso con los derechos fundamentales y exigió celeridad en la investigación.
Figuras internacionales:
La condena fue unánime. Desde expresidentes iberoamericanos hasta líderes como la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, y figuras del hemisferio occidental enfatizaron el ataque como un golpe a la democracia.
Adenda emocional: la tragedia repetida de Carolina Hoyos Turbay
El dolor familiar adquiere otra dimensión cuando se recuerda que, décadas antes, Diana Turbay —madre de Miguel— fue asesinada durante un operativo fallido en 1991. Hoy, Carolina Hoyos Turbay, su hermana, suma otra pérdida devastadora. La repetición del sufrimiento pone en evidencia que ciertos ciclos dolorosos persisten, aunque cambien las generaciones.
Conclusión: un legado truncado y una democracia en entredicho
Con el país en duelo, estos hechos ponen en evidencia fallas institucionales, el riesgo de violencia política y las profundas polarizaciones que aún marcan el destino de Colombia. Mientras busca justicia, el país enfrenta un desafío mayor: garantizar que la muerte de Miguel Uribe Turbay signifique un punto de inflexión en vez de un retorno al miedo.