
Por Redacción Internacional
La madrugada del 4 de julio de 2025 quedará marcada como una de las más devastadoras en la historia reciente de Ucrania. Rusia lanzó 550 drones y misiles en un ataque masivo que golpeó múltiples regiones del país, especialmente la capital, Kyiv. Este bombardeo, el más intenso desde el inicio de la invasión en febrero de 2022, se produjo horas después de una llamada entre los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin, que terminó sin avances diplomáticos.
Diplomacia estancada: Trump y Putin sin acuerdo
– El presidente estadounidense Donald Trump confirmó que la conversación con Putin “no logró ningún progreso” respecto a un posible alto al fuego.
– Desde el Kremlin, se reiteró que Rusia no renunciará a sus objetivos en Ucrania, insistiendo en la eliminación de las “causas profundas” del conflicto, como el acercamiento de Ucrania a la OTAN.
– Trump expresó su decepción y anunció que planea hablar con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski para evaluar la situación.
El ataque: cifras y consecuencias
– Según el ejército ucraniano, Rusia lanzó 539 drones y 11 misiles, de los cuales 268 fueron derribados, junto con dos proyectiles adicionales.
– Las explosiones sacudieron Kiev durante horas, provocando incendios en edificios residenciales, escuelas, hospitales y estaciones de tren.
– Al menos 23 personas resultaron heridas, 14 de ellas hospitalizadas.
– Las autoridades locales reportaron altos niveles de contaminación del aire debido a los incendios y materiales tóxicos liberados por los drones.
Reacciones y contexto internacional
– Zelenski calificó el ataque como una “demostración clara de que Rusia no tiene intención de terminar con la guerra ni con el terror”.
– El mandatario ucraniano insistió en que “sin presión internacional a gran escala, Rusia no cambiará su comportamiento destructivo”.
– Estados Unidos, por su parte, ha suspendido temporalmente el envío de misiles Patriot y otras armas clave a Ucrania, alegando la necesidad de revisar sus propias reservas estratégicas.
– A pesar de los esfuerzos de mediación, el Kremlin ha rechazado propuestas de alto al fuego de 30 días, ofreciendo en cambio pausas limitadas de 2 a 3 días para recuperar cuerpos de soldados caídos.
¿Qué sigue?
La comunidad internacional observa con preocupación el deterioro de la situación. Aunque Estados Unidos ha jugado un papel activo en la mediación, el estancamiento diplomático y la intensificación de los ataques rusos podrían obligar a un cambio de estrategia. El Kremlin ha agradecido públicamente los esfuerzos de Washington, pero insiste en que cualquier solución debe surgir de negociaciones directas con Kiev.
El bombardeo del 4 de julio no solo representa una escalada militar, sino también un fracaso diplomático. Mientras las víctimas aumentan y las ciudades se oscurecen bajo el humo de los ataques, el mundo se pregunta si aún queda espacio para la paz o si estamos ante una nueva fase de confrontación total.