
Redacción internacional
Los cuadrangulares del fútbol colombiano, ese formato tan particular que pone a prueba la consistencia y el temple en los momentos decisivos, llegaron a su ecuador con una jornada electrizante. La fecha 3 no solo redefinió el panorama de ambos grupos, sino que ofreció argumentos sólidos para ilusionarse con un cierre de campeonato apasionante.
En el Grupo B, el protagonista inesperado ha sido Santa Fe. El histórico club bogotano, uno de los más antiguos del país, dio un golpe de autoridad al remontar como visitante ante Atlético Nacional y arrebatarle el liderato a Millonarios, su eterno rival capitalino. Fue un triunfo que tuvo todos los ingredientes de una epopeya: gol agónico, carácter, y un símbolo de experiencia como Hugo Rodallega liderando desde el frente de ataque.
Atlético Nacional, por su parte, volvió a mostrar sus grietas. El equipo más laureado de Colombia sigue siendo una paradoja: nómina potente, historia gloriosa, pero sin rumbo futbolístico claro. El gol de Edwin Cardona antes del descanso parecía encaminar la victoria, pero Santa Fe no solo igualó, sino que supo esperar el momento justo para asestar el golpe final. El tanto de Yílmar Velásquez en el minuto 95 silenció el Atanasio Girardot y expuso, otra vez, la fragilidad emocional del conjunto verdolaga.
Santa Fe, ahora líder con 6 puntos, refleja el sello de su técnico Jorge Bava: orden, intensidad y eficacia. Su camino hacia una final —algo que no consigue desde 2020— ya no parece utópico. Detrás viene Millonarios, que empató sin goles frente a Once Caldas en un Palogrande lluvioso y poco favorable para el fútbol propositivo que intenta implantar David González. A pesar de controlar el balón, al conjunto embajador le faltó claridad en los últimos metros. El 0-0 lo deja segundo con 5 unidades, aún con chances, pero sin margen para errores.
El otro gran ganador de la jornada fue el Independiente Medellín. En una plaza difícil como Barranquilla, el DIM supo resistir al Junior de Arturo Reyes y con un gol solitario de Homer Martínez se llevó tres puntos vitales que lo consolidan como líder del Grupo A. No fue solo el resultado, sino la manera: eficacia quirúrgica en el primer tiempo y solidez defensiva en el segundo, con el portero Aguerre como figura.

Junior, en cambio, sigue sin encontrar regularidad. Pese a su plantilla competitiva y el empuje del calor caribeño, el equipo se quedó sin respuestas futbolísticas ni anímicas. Con solo un punto en tres partidos, su eliminación parece cuestión de tiempo. América de Cali, con cinco unidades, todavía sueña, mientras que Tolima, con dos, necesita una reacción inmediata.
Este panorama deja claro que el fútbol colombiano vive una fase final de alto voltaje. El formato de cuadrangulares, con su mezcla de suspenso y desgaste, exige lo mejor de cada escuadra. Y aunque los favoritos tambalean, equipos como Santa Fe y el DIM han demostrado que, en este torneo, el hambre de gloria pesa tanto como la calidad individual.
Si algo enseñó esta jornada, es que la lucha por la estrella de mitad de año en Colombia será una guerra de resistencia. Y apenas estamos a la mitad del camino.