
Redacción Internacional
Los Ángeles, EE. UU. – La tensión en la ciudad de Los Ángeles escaló este domingo tras el despliegue de tropas de la Guardia Nacional ordenado por el expresidente Donald Trump, en respuesta a dos jornadas de protestas contra redadas migratorias que dejaron al menos 35 ciudadanos mexicanos detenidos. La medida ha generado una fuerte reacción del Gobierno de México, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, quien denunció el uso de la fuerza como una estrategia fallida y peligrosa para abordar el fenómeno migratorio.
“Los mexicanos que viven del otro lado de la frontera no son criminales. Son hombres y mujeres de bien, héroes y heroínas de la patria”, expresó la mandataria desde la Ciudad de México en una rueda de prensa extraordinaria convocada para abordar la crisis. “No es con redadas ni con violencia como se atiende la migración. Es con diálogo y con una reforma migratoria integral”, añadió, haciendo un llamado a Washington a retomar una política migratoria basada en derechos humanos y cooperación regional.
Sheinbaum confirmó que al menos 35 personas de nacionalidad mexicana han sido arrestadas en los operativos recientes en California, y reiteró el respaldo del Estado mexicano a sus connacionales. “Si desean regresar, los recibiremos con los brazos abiertos”, aseguró.
El pronunciamiento de la presidenta ocurre en un contexto de creciente tensión bilateral, marcado por una retórica antimigrante reactivada por el exmandatario Donald Trump, quien ha intensificado su discurso electoral de cara a las presidenciales de noviembre. Su decisión de enviar a la Guardia Nacional y amenazar con el despliegue de marines ha sido calificada por diversos actores como una “provocación innecesaria”.
Desde California, el gobernador Gavin Newsom, uno de los principales referentes del Partido Demócrata, rechazó la intervención militar ordenada por el Ejecutivo federal, acusando al secretario de Defensa, Pete Hegseth, de actuar de forma “irracional” y peligrosamente autoritaria. “Esta escalada no busca restaurar el orden, sino alimentar una narrativa política de miedo y división”, señaló Newsom en una declaración oficial.
Por su parte, el fiscal federal del Distrito Central de California, Bill Essayli, confirmó más de una decena de arrestos durante las protestas, aunque sin detallar los cargos exactos. A través de redes sociales, advirtió que continuará “arrestando a cualquiera que interfiera con la aplicación de la ley federal”.
La crisis migratoria vuelve así al centro del debate político en Estados Unidos, mientras los gobiernos de la región observan con preocupación el uso de medidas coercitivas que, lejos de ofrecer soluciones, aumentan la vulnerabilidad de las comunidades migrantes y tensionan las relaciones diplomáticas hemisféricas.